domingo, 28 de junio de 2009

El Código de la Muñeca


Grillos y ranas,

ella asomaba su tenso mirar por la ventana.

Ella era el invierno de los desagradecidos y el orgullo de los caprichosos.

Ella reclamaba...

Me han arrebatado la inocencia,

no dispongo de tiempo necesario que me permita jugar.

Les valoré con cuidado,

y me encararon con murmullos burlescos.

Y si ella entalla, entalla un par de alas en su espalda y echar a volar.

Y si ella, si ella da a entender a base de astillas que su instinto no es el de una marioneta.

El Código de la Muñeca.

Nuestros tes me saben amargos...

Me puse a gritar...estallando la sidra contra la pared.

Y me pongo a pensar...

Ella fue tras su inocencia,

necesitaba aquellos momentos de diversión.

Ella es tan solo una niña pequeña,

que justifica el rencor si el destino anhela el bienestar.

Y si ella entalla, entalla un par de alas en su espalda y echar a volar.

Y si ella, si ella da a entender a base de astillas que su instinto no es el de una marioneta.

El Código de la Muñeca.

Mis hilos derrumbarán gracias al encanto de una mueca,

transmitida por el código de la muñeca.

No pretendas vacilarme con historietas de la biblioteca,

quien no saboree una lágrima, jamás comprenderá la importancia de aquella pena.

Las risas pícaras, son deseos de futuro remordimiento en el espíritu.

Y si ella entalla, entalla un par de alas en su espalda y echar a volar.

Y si ella, si ella da a entender a base de astillas que su instinto no es el de una marioneta.

El Código de la Muñeca.


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